El señor Mai Lam Phuong es propietario de plantaciones de pitahayas cultivadas entre los mangles. (Foto: VOV)

 Al principio, Mai Lam Phuong trabajaba en la cría de camarones. Rápidamente, notó que el rendimiento estaba cayendo. Entonces decidió dedicarse al cultivo de frutas. Pero enfrentaba dificultades debido a la salinización, que es uno de los problemas en el extremo sur del país. Un día leyó por casualidad que la planta de la fruta del dragón, también llamada pitaya, podía crecer bien en suelos salinos.

Así que se le ocurrió la idea de cambiar el modelo de cultivo. En 2012, comenzó a sembrar pitayas junto al estanque de camarones, teniendo en cuenta que los mangles en las orillas del estanque son un soporte para la planta de la fruta del dragón, la cual puede trepar con la ayuda de las raíces y succionar los nutrientes de los manglares.

En aquel momento este modelo era considerado raro e ineficiente. Mientras algunos agricultores argumentaron que el lugar era demasiado desfavorable para el cultivo de dicha fruta, Mai Lam Phuong se mantuvo firme. Contó: “Comencé con variedades de pitaya de las provincias de Binh Thuan y Tien Giang, pero no funcionó. Cuando descubrí que la cepa local podía crecer muy bien en agua salada, me di cuenta de que tenía que ser la solución. En ese momento, no estaba en condiciones económicas para construir pilares de hormigón para este tipo de cactus trepadores. Así que dejé que treparan por los manglares junto al estanque de camarones”.

Mai Lam Phuong tiene ahora mil pitahayas que se cultivan al nuevo modelo apropiado con el suelo salino (Foto: VOV)

En 2014, Mai Lam Phuong plantó hasta 400 pitahayas. Cultivó árboles adicionales, característicos de la zona, para que las pitahayas treparan. Sin embargo, mientras estas trepan, los árboles de soporte, incluso el coco, morirán lentamente. Solo cuando crecen junto con el mangle llamado “Mam”, ambos pueden crecer bien. El agricultor obtuvo buenos ingresos con el cultivo de la fruta del dragón. Compartió: “Pensaba que cuando las pitahayas crecían en un suelo de alta salinidad, sus frutas tenían un sabor salado. Pero, al contrario, son unas de las mejores. Su piel es más brillante y su pulpa es más dulce, con olor a longan. Al principio, el kilogramo se vendía a 5 mil dongs. Pero a medida que aumentaba la demanda, el precio se duplicaba. Así que estoy muy satisfecho por el trabajo realizado”.

Mientras que los mangles “Mam” crecen lo suficiente como para sostenerse, el agricultor planta las pitayas en pequeños recipientes. Luego los cuelga en los manglares a orillas de los estanques. Hasta el momento, tiene un total de más de mil pitahayas. Hoy, el modelo de “pitahaya escalando el mangle” de Mai Lam Phuong se ha extendido a una hectárea. Todas las frutas crecen bien a pesar de la salinidad. Ly Thi Lan, vicepresidenta de la Asociación de Agricultores del distrito de Cai Nuoc, dijo que estaba satisfecha con este modelo de cultivo.

“En el pasado, los residentes locales no estaban interesados en esta variedad de pitahaya. Phuong la recuperó gracias a la resistencia de los mangles. La calidad de la fruta del dragón aquí es buena y tiene un buen aspecto. Esta planta crece principalmente con la ayuda de sus raíces. Si ambos árboles viven en simbiosis, pueden desarrollarse bien”, dijo.

Según estudios encargados por el Instituto de Ciencias Agrícolas de Vietnam, este modelo operativo muy bien podría convertirse en una especie de referencia en Ca Mau.