Taller de escultura en pagoda contribuye a mejorar la vida de jóvenes jemeres

(VOVworld) – La pagoda Kom Pong Chray, conocida también como Hang en la cabecera Chau Thanh, distrito homónimo, provincia sureña Tra Vinh es una obra maestra distinguida por sus rasgos arquitectónicos típicos del Budismo jemer con tendencia Hinayana en el Sur de Vietnam. Sin embargo, lo más destacado reside en el taller de escultura en madera ubicado en el patio de la pagoda, que reúne a los monjes artesanos. A 13 años de operación, este establecimiento ha predicado el Budismo a decenas de jóvenes jemeres, ofreciéndoles la capacitación vocacional para ganarse el sustento.


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El taller de escultura en madera se sitúa en el patio de la pagoda Hang (Foto:VNP)

Al igual que otros santuarios de la etnia jemer en la provincia meridional Tra Vinh, la pagoda Hang se construye en un recinto espacioso rodeado por árboles seculares. Según cuenta el monje Thach Suong, abad de la vigésimo tercera generación de la pagoda Hang, en un viaje de predicación hace 10 años a la provincia Vinh Long, le impresionaron obras elaboradas de raíces de árboles naturales por lo que persuadió a artesanos de esta localidad para transmitir la quintaesencia del oficio a los monjes en su pagoda e instaló en ella un taller de escultura en madera, cuya operación se mantiene hasta la fecha: En mi opinión, para valorizar los raíces insignificantes de árbol, es mejor aprender la escultura en madera para crear obras maestras. Mediante esta labor, se ha logrado elaborar numerosas obras para exponerlas en la pagoda. Además, los monjes aquí se benefician de la capacitación de este oficio y por lo tanto, cuando regresan a su vida secular, tendrán ya medios de subsistencia”.

En 2005, el monje Thach Suong fundó el club de escultores de la pagoda Hang con más de 10 miembros que eran monjes artesanos con gran destreza, encargados también de capacitar a los jóvenes jemeres y al mismo tiempo promover este oficio, atrayendo la participación de numerosos aficionados. Son Chum, residente en la provincia sureña Soc Trang que lleva más de medio año de aprendizaje de la escultura en la pagoda Hang compartió:“Anteriormente llevaba mi vida religiosa en esta pagoda. Un día encontré obras escultóricas delicadas aquí publicadas en periódicos. Me interesaban mucho figuras de animales talladas en raíces y por lo tanto, pedí a mi familia enviarme aquí para aprender la escultura”.


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Numerosos jóvenes jemeres han sido capacitados en el taller de escultura

        
Lo especial radica en que los estudiantes en el taller se benefician de la capacitación gratuita. Los miembros más veteranos enseñan a los principiantes. Entretanto, la ganancia derivada de los productos vendidos se dedica una parte a la operación de la pagoda y el resto, para pagar a los artesanos y los insumos. Como resultado de los esfuerzos, numerosas personas vencieron el curso y lograron montar su propio negocio, ganando de 5 a 7 millones de dongs al mes. Ejemplo de ello es Thach So Phiep, uno de los primeros estudiantes del taller: “Después de cumplir las faenas en el campo, tengo todavía mucho tiempo libre y por lo tanto aprovecho este intervalo para aprender la escultura. Con este oficio, si creo obras calificadas y llamativas, mi ingreso aumentará”.


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Con gran destreza, monjes y jóvenes artesanos han creado obras maestras

     
Durante más de 10 años de operación, el club de escultores de la pagoda Hang ha creado obras maestras, entre ellas, juegos de 4 efigies de animales sagrados, pares de fénix y de peces, y 12 figuras animales del horóscopo chino. Hasta la fecha, 8 de 140 pagodas jemeres en la provincia Tra Vinh disponen de un taller de escultura en madera donde trabajan regularmente unas cien personas, convirtiéndose en ejemplos para que otras localidades adyacentes los sigan. Duong Quang Ngoc, vicedirector del Servicio de Trabajo, Inválidos de Guerra y Seguridad Social de la provincia Tra Vinh reveló:“En lo adelante coordinaremos con la Comisión de Asuntos Étnicos de la provincia y la Asociación de Solidaridad de Monjes Budistas para profundizar la investigación de este modelo. Además de la escultura en madera, consideraremos desarrollar otros talleres de diferentes oficios para capacitar a los jóvenes interesados en trabajar para empresas o desarrollar la economía familiar”.

El club de escultores no sólo ha ayudado a los jóvenes jemeres, especialmente los más necesitados en la capacitación profesional para mejorar el nivel de vida, sino también contribuye a la preservación de la identidad cultural de la etnia jemer en Cochinchina.

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