La flauta Ding tut está elaborada con cañas de bambú. El artesano debe escoger la variedad adecuada de bambú y aplicar una técnica precisa para lograr un timbre resonante y cálido. Un conjunto del Ding tut incluye cinco o seis tubos de distintas longitudes y grosores. Cada tubo corresponde a un sonido específico del Chieng knah, un tipo de gong sagrado y valioso en la vida de los Ede.

Mujeres de la etnia Ede interpretan el Ding Tut en un evento de intercambio cultural étnico. (Foto: H Zawut Bya/VOV)

El maestro Y-Du Eban (Ama Dam), de la aldea de Sut Mdung, comuna de Quang Phu, provincia de Dak Lak, explica que el Ding tut ha formado parte de la vida cultural de los Ede desde tiempos inmemoriales: “Desde tiempos remotos, el Ding tut ha formado parte de la vida cultural del pueblo Ede. Sonaba en rituales fúnebres, en festividades tras los sacrificios de búfalos o vacas, y en los hogares durante los velorios. Incluso en los campos de cultivo, en los descansos de la faena agrícola, sus melodías suaves aliviaban el cansancio y acompañaban el ritmo de la vida comunitaria”.

Un detalle singular es que, en el pasado, solo las mujeres Ede interpretaban el Ding tut. Durante las pausas en los sembrados, lo soplaban con suavidad, como si confiaran sus sentimientos al viento. A veces eran notas de alegría, otras de melancolía, pero siempre viajaban, ligeras, en la brisa de la selva”.

En los funerales tradicionales, las mujeres Ede reunidas alrededor del cuerpo del difunto, con el Ding tut sostenida en posición vertical y la boca del tubo rozando suavemente el labio inferior, crean una imagen que para muchos es sagrada. En ese momento, el sonido del Ding tut se eleva como una canción para un sueño eterno. Su melodía expresa la tristeza al despedir a quien parte y al mismo tiempo consuela a los que se quedan.   

El maestro Y-Dak Nie (Ae H’Nham), también residente de la aldea de Sut Mdung, comentó: “Este instrumento estaba reservado exclusivamente a las mujeres. No solo se utilizaba en los funerales, sino que también resonaba en la ceremonia de procesión del Kpan, un rito sagrado del pueblo Ede. En tiempos antiguos, los hombres tenían prohibido tocar este instrumento, ya fuese en la alegría o en la tristeza, pues únicamente las mujeres tenían el derecho de interpretar elding tut”.

Hoy en día, los hombres también pueden soplar el Ding tut. Sin embargo, para los Ede, la imagen de la mujer con esta flauta tradicional en las manos sigue siendo la representación más profunda de la conexión entre música y espiritualidad.  

Los artistas de Buon Sut Mdung, comuna de Quang Phu, provincia de Dak Lak, interpretan el Ding Tut en un sitio turístico. (Foto: H Zawut Bya/VOV)

El maestro Y-Djung Eban (Ae Hanh), también de la aldea de Sut Mdung, compartió:  “Me gusta mucho escuchar el Ding tut porque su sonido es bello y cautivador. En manos de un intérprete hábil, la melodía se vuelve aún más maravillosa. Antiguamente, los Ede lo tocaban apenas posando los labios en la boca del tubo y soplando suavemente; hoy, la mayoría lo interpreta colocando directamente el bambú en la boca, lo que facilita su ejecución”. 

Entre los sonidos del bosques y montañas de Tay Nguyen, el Ding tut no resuena con la fuerza como los gongs, ni es tan melancólico como Ding buon o vibrante como Ding nam. Su eco toca en silencio el corazón del oyente, como las palabras de confidencia íntima de una mujer Ede. Más que un simple instrumento musical, es un lenguaje del alma y un eco sonoro de la tradición que sigue vivo hasta hoy.