(VOVworld) – Los K’ho, que se asientan principalmente en las Tierras Altas del centro de Vietnam, llevan una vida muy cercana a la naturaleza. Sus casas son levantadas en laderas de montaña o en valles, agrupadas en aldeas, cuyas líneas de delimitación son los mismos riachuelos o montículos. Debido a que desarrollan una economía de producción para el autoconsumo, las relaciones entre ellos tienen un elevado carácter comunitario. Además, mantienen muchas costumbres ancestrales.

Las aldeas en las cuales viven los K’ho, llamadas Bon, funcionan con idénticas características al modelo de administración de la misma categoría en las zonas rurales. Los líderes de los Bon, o Kwang bon, se encargan de manejar los asuntos de la comunidad, tales como la distribución de tierras productivas, desplazamiento de la aldea (ya que practicaba una vida nómada), conciliación, enjuiciamiento y la defensa de la integridad territorial. Pero por ser también buenos asesores, a ellos recurren los pobladores si tienen algún problema personal. Los miembros de la aldea están conscientes de la necesidad de consolidar la unidad comunitaria y la solidaridad familiar, además de respetar las tradiciones y proteger sus recursos forestales, fuentes de agua y propiedades comunes.

Una casa sobre pilotes de los K'ho en la provincia de Lam Dong

Los K’ho cultivan arroz y maíz y crían aves de corral para alimentarse, mientras el ganado les sirve para la labranza en el campo. Como oficios artesanales, se dedican a la tejeduría, cestería y la soldadura.

Al vivir en una sociedad matriarcal, la mujer K’ho decide por sí sola con quien se va a casar, mientras en la familia siempre desempeña un papel importante. El hombre, por su parte, se muda para la casa de su esposa luego del casamiento. Sus hijos adoptan el apellido de la madre y solo las hembras tienen derecho a la herencia familiar.

Las mujeres K'ho tienen una posición importante en su familia y en la comunidad

Esta etnia es famosa con la tradición “kup bao”, o rapto del marido. La familia de la novia debe aceptar la demanda de regalos de la boda por parte de su homóloga. Cuanto más fuerte y listo sea el muchacho, más grandes deben ser las dotes. Actualmente, el rapto del esposo aún existe en algunos pueblos, sin embargo, los presentes del casamiento ya no son un pedido tan exigente como antes. En referencia a esa costumbre, la señora K’nam, señaló: “Anteriormente, tener dotes para casarse era como una ley en nuestra comunidad. Pero ahora ya no lo es. Solo importan los sentimientos de los dos jóvenes que se enamoran y deciden contraer matrimonio”.

Tener relaciones sexuales antes del matrimonio no representa un tabú muy fuerte para este grupo aborigen, pero el adulterio es algo intolerable y castigado severamente. El divorcio debe ser aprobado siempre por el cacique y en realidad se registran muy pocos casos.

Un rito realizado por sacerdotes en la fiesta tradicional “Tết đầu lúa”

Las casas sobre pilotes de los K’ko son diferentes de las de otras minorías étnicas de Vietnam, ya que los pilares son mucho más cortos, tanto que a veces el piso está casi pegado con el suelo. En este tipo de vivienda suelen vivir las familias pudientes.

Al concederle mucha importancia al cultivo del arroz, este pueblo realiza un gran número de ritos vinculados con los distintos pasos de la producción del grano. Pueden mencionarse, entre otras, las festividades de la siembra, maduración, cosecha y almacenaje del arroz…, pero la mayor de todas es “Tết đầu lúa”. Se trata de una ocasión para celebrar las cosechas, y donde los caciques transmiten las tradiciones ancestrales a todos los aldeanos. El señor K’do dijo al respecto: “Este es un legado cultural de nuestros antepasados. Las familias elaboran una bandeja de comidas y una tinaja de aguardiente para ofrendarles a sus padres y ancestros. Les invocamos salud, bonanza del clima y abundantes cosechas”.

Bailando con ritmos populares alrededor de una fogata

   

En lo que concierne a la vida espiritual, su poesía se caracteriza por la gran musicalidad, mientras sus instrumentos musicales tienen mucho que ver con los de otros grupos étnicos en la región de la Meseta Occidental (Tay Nguyen): juego de gongs y batintines, zampoña de porongo y xilófono de bambú. Los bailes populares son representados en las actividades de culto y comunitarias.

Gracias a las inversiones del Estado vietnamita para el desarrollo de las minorías étnicas  en los últimos años, el grupo K’ho también se ha beneficiado de condiciones favorables para fomentar su economía basada en el cultivo intensivo de plantas alimentarias y de uso industrial, así como servicios turísticos, para de esta forma construir una nueva vida estable y próspera.