(VOVWORLD) - Cuando la luz del día comienza a desvanecerse, el sonido de la sierra y el golpeteo del cincel resuenan en Thu Hong, una aldea perteneciente a la comuna de Xuan Mai, en Hanói. Para las artesanas locales esos ruidos, y el aroma del bambú y el mimbre, han sido la banda sonora de toda una vida. Incluso a última hora de la tarde sus energías se mantienen: entre carcajadas y murmullos, las trabajadoras siguen tejiendo productos que van desde mesas, sillas y camas hasta grandes obras como vivienda.
Producto artesanal de bambú y mimbre del taller de Thu Hong. (Foto: Trinh Van Bo/VNP) |
El oficio artesanal de la aldea de Thu Hong nació en medio de los extensos bosques de bambú y mimbre que la rodeaban desde tiempos remotos. Al principio, sus habitantes emplearon este material para levantar un templo comunal, pero con el paso del tiempo comenzaron también a elaborar con bambú todos los utensilios del hogar, aprovechando su resistencia como material y la abundancia del recurso en la zona. Así surgieron canastas, cribas, bandejas para aventar el arroz, junto con mesas, sillas, camas y los tradicionales divanes elaborados en bambú y mimbre.
Crear una pieza bien lograda exige precisión y un agudo sentido estético. En el bambú todo tiene utilidad: los tallos gruesos se transforman en muebles; las láminas delgadas se trenzan para formar superficies planas; y hasta las raíces encuentran su destino en pequeñas esculturas que representan a las deidades de la Fortuna, la Prosperidad y la Longevidad.
La pericia y la constancia de las artesanas convierten el bambú, un material modesto, en obras sólidas, duraderas y llenas de armonía. Mas, para la artesana local Dang Phuong Cuc el verdadero secreto no está solo en las manos que lo trabajan, sino en la excelencia del bambú de su aldea.
La artesana Dang Phuong Cuc en su taller de bambú y mimbre de Thu Hong. (Foto: VOV) |
“El bambú de Thu Hong es mucho más resistente que el de otras regiones. Todos nuestros muebles se ensamblan de lado a lado, lo que les da una firmeza excepcional. Además, tratamos el bambú con mucho cuidado: lo mantenemos sumergido en balsas o barcos durante al menos un año antes de sacarlo y trabajar con él”, explicó Cuc.
Mientras muchos oficios enfrentan riesgos de desaparición, las hábiles mujeres de Thu Hong han sabido renovar su saber hacer. Optan por materiales ecológicos, crean nuevos diseños y comercializan sus productos en plataformas digitales. Gracias a su pasión, su destreza y su perseverancia mantienen viva una pequeña industria artesanal “verde”.
Según la artesana Nguyen Thi Tuyet, el trenzado manual no es solo un medio de subsistencia, sino también un legado y un motivo de orgullo.
“Siento un profundo aprecio por este oficio ancestral. Quiero preservarlo y hacerlo evolucionar para que nuestro poblado continúe prosperando”, expresó.
Para responder a las nuevas exigencias de los consumidores, las artesanas reinventan continuamente sus productos, combinando la sencillez y autenticidad de la tradición con la modernidad y el ritmo de la vida urbana. La variedad de modelos y la calidad de sus creaciones seducen a un número creciente de clientes, entre ellos Nguyen Van Ba.
Casa de bambú construida por los artesanos de Thu Hong, con una durabilidad de hasta cien años. (Foto: Trinh Van Bo/VNP) |
“Los productos de la aldea de Thu Hong encarnan plenamente la calidad, la riqueza cultural y el alma de un oficio tradicional”, señaló Ba.
Además de los tradicionales utensilios domésticos, los aldeanos producen hoy en día estructuras arquitectónicas de gran escala en bambú, desde viviendas hasta instalaciones completas.
Su sello distintivo reside en la precisión del ensamblaje: las uniones talladas en cada pieza permiten que las vigas encajen con exactitud, firmeza y seguridad. A la par de las técnicas transmitidas durante generaciones, las artesanas continúan aprendiendo y perfeccionando sus habilidades para garantizar la continuidad del oficio.
El artesano Nguyen Xuan Tua explicó: “Las casas de bambú de Thu Hong tienen un carácter único. Nuestros productos ya se exportan a Taiwán, China y Corea del Sur. En el futuro ampliaremos aún más nuestra presencia, siempre preservando nuestra identidad cultural”.
Tras 300 años de historia, el tejido de bambú y mimbre en Thu Hong ha superado múltiples desafíos y hoy continúa consolidando su presencia en el mercado, preservando intacta su identidad.