(VOVWORLD) - Para los hanoyenses hablar del famoso plato banh cuon (panqueque enrollado al vapor) es sinónimo de Thanh Tri, que hoy se conoce como la comuna de Vinh Hung. En este emblemático lugar, donde el sabor se hereda de generación en generación, varias familias preservan con orgullo una técnica culinaria que acaba de ser reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial Nacional de Vietnam. Es un manjar irresistible y muy recomendado para quienes visitan la capital, capaz de conquistar cualquier paladar.
La preparación del banh cuon es un arte que implica todo un proceso que requiere de gran habilidad por parte de la cocinera. Hoang Thi Lan, heredera de una tradición que ya suma tres generaciones en su familia, extiende con destreza la masa sobre una tela tensada sobre una olla de agua hirviendo. En segundos una fina lámina se forma y la retira con una precisión admirable.
Según compartió Lan, el saber hacer del banh cuon se transmite sin necesidad de recetas escritas, guiado solo por la experiencia, la intuición y el amor que se pone en cada preparación.
Aunque las técnicas básicas se han mantenido intactas, las herramientas han evolucionado. Atrás quedaron las ollas de cobre sobre fogones de carbón; hoy en día las vaporeras eléctricas facilitan el trabajo, aunque la esencia del oficio sigue siendo la misma.
Las mujeres de Thanh Tri también han adaptado su forma de vender: antes recorrían las calles de Hanói con cestas colgadas en palancas sobre los hombros, luego en bicicleta, y ahora alquilan puestos donde preparan los panqueques enrollados al vapor frente a los clientes.
El banh cuon se elabora al vapor en capas finas y translúcidas, y destaca por su textura suave y delicada. (Foto: Huyen Trang/VOV5) |
Cuando llegan visitantes de lugares lejanos, Lan explica con orgullo la historia de este oficio ancestral: “Empecé muy joven, como a los doce años. Después de la escuela ayudaba a mi madre a moler el arroz en nuestro mortero de piedra. Era algo que todas las niñas del barrio teníamos que aprender. Mi madre me enseñó con la práctica, y yo hice lo mismo con mis dos hijos varones”.
La esencia de este oficio reside en la minuciosa elaboración del banh cuon, que abarca desde la cuidadosa selección del arroz hasta la técnica de vertido de la masa. Existen dos tipos principales: los rollos simples, generalmente untados con aceite de cebollín aromático, y los que llevan un sabroso relleno de carne de cerdo molida.
La seña de identidad del banh cuon al estilo Thanh Tri es su lámina ultrafina y translúcida, a menudo comparada poéticamente con “la medialuna”.
La artesana local Duong Thi Tuyet destaca que la característica más representativa de estos panqueques al vapor es su delicada delgadez.
“Antes, al moler a mano, la textura de la harina era irregular. Ahora, con la ayuda de máquinas, logramos una masa mucho más suave y uniforme. Dejo el arroz en remojo durante dos horas, enfrío la mezcla con hielo y agrego sal en la proporción justa: unos 100 gramos por cada tres kilos de arroz. Todo el proceso requiere una técnica muy particular que solo se encuentra aquí, en Thanh Tri”, explicó Tuyet.
La inclusión de este arte culinario en la lista del patrimonio cultural inmaterial ha sido recibida con entusiasmo, sobre todo entre los herederos de esta tradición ancestral.
Hoang Thi Lan, artesana apasionada, se dedica con esmero a preservar el arte tradicional de elaborar banh cuon en Thanh Tri. (Foto: Huyen Trang/VOV5) |
Nguyen Thi Lan Huong, una residente local, afirmó: “Me siento afortunada de haber crecido en una familia que ha conservado este legado durante varias generaciones. Para darlo a conocer debemos garantizar su sabor y mejorar nuestras habilidades constantemente, y así poder hacer panqueques de arroz más finos, más sabrosos. La satisfacción de los clientes es nuestra mayor recompensa. Hoy en día, con el desarrollo de la tecnología, puedo compartir nuestra historia en redes sociales como Facebook o Zalo, para que más personas conozcan esta especialidad de nuestro pueblo”.
Sobre el valor que proporciona el reconocimiento nacional a la preservación de este ancestral arte culinario, Quan Thi Van Anh, vicepresidenta del Comité Popular del barrio de Vinh Hung destacó: “La inscripción en la lista del Patrimonio Nacional demuestra que el Estado reconoce la singularidad de nuestras tradiciones, transmitidas con esmero de generación en generación, especialmente de madres a hijas. Esta distinción no solo resalta nuestra riqueza cultural e histórica, sino que también nos brinda herramientas concretas para actuar. Nuestros artesanos podrán acceder a apoyos gubernamentales y podremos formar a los jóvenes de manera más organizada. Tenemos el futuro en nuestras manos: queremos impulsar un turismo que respete nuestras raíces, difundir nuestro saber hacer al mundo, sin perder esa autenticidad que tanto nos enorgullece”.
El refinado sabor del banh cuon de Thanh Tri ha sido elogiado en obras de reconocidos escritores vietnamitas como Thach Lam, Vu Bang y To Hoai. Este reconocimiento se inscribe en una tradición de aprecio profundo, y desde 2015, al ser registrado como marca colectiva, se ha consolidado como un emblema de la identidad culinaria de Hanói.