(VOVWORLD) - La ceremonia de firma del acuerdo de alto el fuego en Gaza entre Israel y el movimiento islámico Hamás se celebró oficialmente el 13 de octubre en el balneario egipcio de Sharm el-Sheikh, a orillas del mar Rojo. El acontecimiento marca un punto de inflexión importante y abre la posibilidad de poner fin definitivamente al conflicto, así como de construir una paz duradera en la Franja de Gaza.
Junto con el acuerdo de alto el fuego, más de veinte líderes mundiales, entre ellos el presidente estadounidense Donald Trump, varios mandatarios europeos y dirigentes árabes de la región, firmaron una Declaración Conjunta destinada a reforzar el cese de hostilidades y promover la paz en Gaza.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, durante la presentación de un documento firmado en la Cumbre de Paz de Gaza en Sharm El-Sheikh, Egipto, el 13 de octubre de 2025. (Foto: Yoan Valat/REUTERS) |
Un nuevo capítulo para Gaza
El acuerdo de alto el fuego, rubricado el 13 de octubre en Sharm el-Sheikh, formaliza los compromisos alcanzados entre Israel y Hamás con la mediación de Estados Unidos, Egipto, Qatar y Turquía. El pacto establece el cese total de las hostilidades, el intercambio de rehenes y prisioneros, y la retirada gradual de las tropas israelíes hasta las líneas acordadas. Antes de la firma, Hamás liberó a 20 rehenes israelíes, mientras que Israel excarceló a 1.986 prisioneros palestinos. Los cuerpos de los rehenes israelíes fallecidos serán entregados a sus familias a lo largo de esta semana.
Durante la ceremonia, el presidente Donald Trump calificó el acuerdo como “un gran día para la Franja de Gaza” y elogió a los líderes que lograron lo que “muchos consideraban imposible”. Además, Trump y más de veinte líderes árabes y europeos, entre ellos el primer ministro británico Keir Starmer, el presidente francés Emmanuel Macron y la primera ministra italiana Giorgia Meloni, suscribieron una Declaración Conjunta para consolidar el alto el fuego y promover una paz duradera. El documento reafirma el compromiso con una visión integral de paz, seguridad y prosperidad compartida, y celebra los avances hacia un acuerdo “global y sostenible” en Gaza.
“Este es un momento histórico no solo para Oriente Medio, sino para el mundo entero. Todos coincidimos en que Gaza necesita apoyo para que su pueblo pueda levantarse. Sin embargo, no queremos financiar nada que esté vinculado al derramamiento de sangre, al odio o a la violencia que marcó el pasado. Por ello, también acordamos que la reconstrucción de Gaza debe ir acompañada del desarme y del establecimiento de una fuerza civil de buena voluntad que garantice condiciones seguras para sus habitantes”, enfatizó Trump.
Inmediatamente después de la firma del acuerdo, el presidente egipcio Abdel Fattah al-Sisi anunció que su país, en coordinación con Estados Unidos y otros socios internacionales, trabajará en los próximos días para sentar las bases de la reconstrucción de Gaza, y adelantó la próxima convocatoria de una conferencia internacional sobre la recuperación y el desarrollo del territorio.
Por su parte, el presidente Donald Trump afirmó que el proceso de reconstrucción “ya ha comenzado” y consideró que esta fase “podría ser la más sencilla” en el camino hacia la normalización de la vida cotidiana en la región. El inquilino de la Casa Blanca confirmó además que la ayuda humanitaria ya está llegando al enclave, con “cientos de camiones cargados de alimentos, suministros médicos y otros bienes esenciales”, y declaró que el conflicto en Gaza ha llegado a su fin.
Los desafíos que vienen
Aunque el acuerdo de alto el fuego representa un avance significativo en el conflicto de Gaza, la mayoría de los analistas consideran que la afirmación del presidente Donald Trump, al sostener que “el conflicto en Gaza ha terminado”, resulta demasiado optimista. Según el Plan de Paz para Gaza, de 20 puntos, presentado por Trump a finales de septiembre, una vez consolidado el alto el fuego y completado el intercambio de rehenes y prisioneros, las partes deberán avanzar hacia una segunda fase: la creación de una administración provisional en la Franja de Gaza, junto con nuevas negociaciones sobre el desarme de Hamás y la definición de una hoja de ruta política para el futuro del territorio.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, durante su intervención tras la ceremonia oficial de firma de la primera fase del acuerdo de alto el fuego de Gaza entre Israel y Hamás, en Sharm El-Sheikh (Egipto), el 13 de octubre de 2025. (Foto: Yoan Valat/REUTERS) |
El experto Shibley Telhami, profesor de la Universidad de Maryland y miembro del Instituto Brookings (Estados Unidos), advirtió que esta segunda fase será la más compleja y desafiante: “El plan de Trump incluye múltiples dimensiones de diálogo internacional, con la participación de países islámicos y árabes que han actuado como mediadores. Sin embargo, hasta ahora ni los israelíes ni los palestinos han aprobado formalmente dicho plan. Por eso, creo que los avances logrados podrían desmoronarse en cuanto la situación se calme”.
Por su parte, Sanam Vakil, directora del Programa de Oriente Medio y el Norte de África de Chatham House (Reino Unido), estimó: “Creo que el plan establece un marco de acción, pero carece de los detalles necesarios. Y, sobre todo, lo que más se requiere es el compromiso y la implicación constante del propio Donald Trump, quien desempeña un papel clave para sentar a las partes en la mesa de negociación, así como el apoyo de los líderes regionales. Esa presión y ese impulso serán determinantes cuando comience la segunda fase de conversaciones, que abordará temas complejos como el desarme de Hamás, la composición de una fuerza internacional de estabilización y la estructura administrativa de Gaza”.
Entre los retos más delicados de esta etapa, los observadores coinciden en que el desarme de Hamás constituirá el principal obstáculo. Si el movimiento no acepta un desarme total, o solo lo hace parcialmente, Israel difícilmente completará la retirada de sus tropas, y el riesgo de una reanudación del conflicto seguirá siendo elevado. En ese escenario, la paz en Oriente Medio enfrentaría una nueva y delicada prueba.