(VOVWORLD) - La cumbre del C5+1, entre Estados Unidos y cinco países de Asia Central (Kazajstán, Uzbekistán, Kirguistán, Tayikistán y Turkmenistán) tuvo lugar este jueves en Washington D. C. La cita marcó el décimo aniversario de la creación del mecanismo C5+1, y también representó un avance de Estados Unidos en su estrategia para incrementar su influencia en Asia Central, una región rica en recursos naturales y con una importante posición geoestratégica.
Reactivación del mecanismo C5+1
El mecanismo C5+1, establecido en 2015, es la principal plataforma diplomática de Estados Unidos para fortalecer la cooperación con esos cinco Estados de Asia Central.
Como zona de influencia tradicional de Rusia y, recientemente, socios económicos y energéticos clave de China, los países de Asia Central han sido considerados durante años un mercado potencial, pero sin explotar aún, para Estados Unidos.
Al dirigirse a los ministros de Relaciones Exteriores de Asia Central el pasado miércoles, el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, admitió que las últimas administraciones del país no habían prestado suficiente atención a la promoción de esta alianza.
“Creo que la próxima era será entusiasta, con muchas oportunidades para el desarrollo de los vínculos entre Estados Unidos y Asia Central. En la última década han ocurrido tantos acontecimientos en el mundo que hemos descuidado esta relación al tener que centrarnos en la resolución de otras crisis. Pero ahora se nos presentan amplias oportunidades de cooperación, ya que nuestros intereses nacionales son similares”, expresó Rubio.
Con este enfoque, el encuentro entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y los líderes de cinco países de Asia Central, celebrado la víspera en Washington, se centró en abordar temas económicos, energéticos, de seguridad, el desarrollo de corredores de transporte y la explotación de minerales raros.
La cumbre también tuvo como objetivo actualizar la estrategia estadounidense hacia Asia Central y ampliar la cooperación en materia de inversión, tecnología y desarrollo sostenible.
Washington espera que el fortalecimiento de las relaciones con los cinco países de Asia Central contribuya a diversificar las rutas de transporte, a garantizar las cadenas de suministro de minerales y a expandir la influencia tecnológica en la región.
Estados Unidos también busca impulsar el “Corredor Asia Central-Caspio-Europa” y ampliar la cooperación en los ámbitos digital, de la computación en la nube y de la inteligencia artificial (IA), una nueva forma de “diplomacia tecnológica”.
En la Cumbre C5+1 se concretaron varios proyectos de cooperación, incluyendo un acuerdo comercial entre Estados Unidos y Uzbekistán, según el cual Taskent se comprometió a comprar e invertir en la nación norteamericana unos 35.000 millones de dólares en los próximos tres años y hasta 100.000 millones de dólares en diez años.
En el ámbito político, Estados Unidos también obtuvo el consentimiento de Kazajstán para participar en los Acuerdos de Abraham, un pacto destinado a normalizar las relaciones entre Israel y los países árabes y musulmanes. Esto podría considerarse un nuevo triunfo diplomático para Donald Trump, tras impulsar la firma de un acuerdo de alto el fuego en Gaza entre Israel y el movimiento Hamás a principios de octubre.
Fortalecimiento de la cadena de suministro de minerales esenciales
Un objetivo específico de importancia estratégica que la administración Trump buscaba en la Cumbre C5+1 es el acceso a fuentes de minerales esenciales, especialmente tierras raras, en un contexto en el que Estados Unidos busca reducir su dependencia de la cadena de suministro de China.
En este asunto Kazajistán, el país más grande de Asia Central, que representa más de un 40 % del suministro mundial de uranio y un 25 % de las importaciones estadounidenses, desempeña un papel clave.
Actualmente Kazajstán colabora con la empresa estadounidense Cove Capital en un proyecto de 1.100 millones de dólares para construir una cadena cerrada de producción y procesamiento de tierras raras, con el objetivo de impulsar la industria de alta tecnología, en lugar de exportar materias primas.
Para Estados Unidos esto no solo garantiza un suministro seguro, sino también representa un paso para fortalecer la cadena de valor estratégica, fuera del control de China y Rusia.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró: “Un tema clave en nuestra agenda son los minerales críticos. En las últimas semanas el gobierno ha fortalecido la seguridad económica de Estados Unidos mediante acuerdos con aliados y socios en todo el mundo para expandir las cadenas de suministro de éstos”.
Además de los minerales esenciales, Estados Unidos presta especial atención al papel de Asia Central, especialmente Kazajstán, en la red de transporte Asia-Europa.
En la actualidad cerca del 80 % del intercambio de bienes entre China y Europa transita por Kazajistán, y la ruta Asia Central-Mar Caspio-Europa se perfila como una alternativa estratégica a las rutas que pasan por Rusia o Irán.
Al brindar apoyo financiero, tecnológico y de infraestructura a lo largo de esta ruta, Estados Unidos desea construir una red logística segura y resistente a las sanciones, e implementar los estándares estadounidenses en los sistemas de transporte y aduanas de la región.
Mientras tanto, para los cinco países de Asia Central la promoción del mecanismo C5+1 por parte de la administración Trump les da la oportunidad de diversificar la cooperación económica, energética, tecnológica y de seguridad en lugar de centrarse en los dos socios principales tradicionales, Rusia y China, al tiempo que mejora su importancia geoeconómica y geopolítica en la región.