(VOVWORLD) - A medida que el conflicto en la Franja de Gaza entra en una nueva fase más intensa, con el riesgo de una catástrofe humanitaria a gran escala, muchos aliados europeos de Israel están aumentando la presión diplomática y política sobre el gobierno del país hebreo.
En un comunicado emitido el 27 de mayo, la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, condenó la oleada de sangrientos ataques israelíes contra instalaciones civiles en la Franja de Gaza.
Cambio de actitud
La funcionaria afirmó que el uso desproporcionado de la fuerza por parte de Israel contra civiles es injustificable, según el derecho humanitario y el derecho internacional. Esta declaración supone un cambio importante en la retórica y el enfoque de la propia presidenta de la CE, una de las políticas más proisraelíes de Europa y de la Unión Europea (UE), respecto a la línea y acción del país judío en Gaza.
Esta crítica también surge tras una serie de movimientos notables por parte de países europeos en las últimas semanas para ejercer presión diplomática y política sobre Israel, en aras de poner fin al conflicto entre las fuerzas armadas de Tel Aviv y el movimiento islámico Hamás en el territorio palestino.
Previamente, en la Cumbre UE-Reino Unido celebrada el 19 de mayo último, los líderes de las dos partes evaluaron la actual situación humanitaria en la Franja de Gaza de “inaceptable” y pidieron a Israel dejar de bloquear u obstruir las actividades de ayuda humanitaria en ese enclave.
Un día después, dirigentes del Reino Unido, Francia y Canadá emitieron una declaración conjunta en la que instaron a Israel a detener su nueva campaña militar en Gaza, advirtiendo al mismo tiempo que podrían aplicarse medidas específicas, como sanciones selectivas, si no se cumplían las exigencias.
Ese mismo día los ministros de Asuntos Exteriores de la UE reunidos en Bruselas mencionaron por primera vez la revisión de algunas disposiciones del Acuerdo de Asociación entre el bloque continental e Israel. Además, 17 de los 27 cancilleres del bloque apoyaron la revisión de las relaciones comerciales con el país hebreo.
El ministro de Asuntos Exteriores neerlandés, Casper Veldkamp, declaró: “Creo que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, también ve que es muy importante que Europa envíe una señal clara a Israel sobre sus preocupaciones actuales, tanto en la sociedad como en los círculos políticos de los países de nuestro continente, respecto a la situación humanitaria en la Franja de Gaza y las intenciones de Israel de expandir el conflicto”.
Muchos países europeos, que han apoyado firmemente a Israel desde el estallido del conflicto de Gaza en octubre de 2024, muestran ahora signos de estar perdiendo la paciencia con las políticas israelíes en Gaza. Algunos grupos dentro de la UE incluso quieren que el bloque ejerza más presión sobre Israel con sanciones específicas.
El pasado 25 de mayo, tras una conferencia con países árabes en Madrid para abordar la situación en Gaza, el ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, declaró: “Todos tenemos que poner en marcha un embargo de armas. Oriente Medio lo último que necesita en estos momentos son armamentos. Y tenemos que revisar la lista nacional de sancionados individuales que tenemos cada uno de nosotros y también la Unión Europea para estar seguros que no permitiremos que quienes no quieren la solución de dos Estados, la cual todos sabemos que es la solución definitiva para conseguir paz y estabilidad para Oriente Medio, puedan triunfar”.
El rol de Estados Unidos
La presión diplomática sobre Israel también viene aumentando por parte del gobierno británico. En la medida más dura adoptada hasta la fecha contra Israel, Londres suspendió el pasado 20 de mayo las negociaciones de libre comercio con Israel, convocó al Embajador de ese país y anunció que impondría sanciones a los colonos israelíes en Cisjordania.
Al explicar esta decisión ante el Parlamento, el ministro de Asuntos Exteriores, David Lammy, afirmó que Israel ignoraba las preocupaciones de sus países socios y que el aumento de la campaña militar israelí en la Franja de Gaza estaba dañando las relaciones entre el Reino Unido e Israel.
De acuerdo con los observadores, la principal causa de los importantes cambios en la actitud de los aliados europeos de Israel reside en el enorme número de víctimas mortales entre los civiles palestinos en Gaza, que ya superan 53.000 según cifras de las Naciones Unidas, junto con la crisis humanitaria cada vez más grave en esta tierra. Este cambio podría aumentar la cautela del gobierno israelí a la hora de impulsar la nueva fase de la campaña militar en Gaza.
Sin embargo, en la Conferencia sobre la situación de Gaza celebrada en Madrid (España) este domingo, numerosos funcionarios afirmaron que el conflicto en Gaza difícilmente cambiará positivamente sin la intervención de Estados Unidos.
El primer ministro palestino, Mohammad Mustafa, enfatizó: "Estados Unidos es un actor muy importante en Oriente Medio. Queremos que participe lo máximo posible. Sus esfuerzos por lograr un alto el fuego en Gaza son elogiables, pero queremos que asista a la Conferencia de Paz de Nueva York. Una participación positiva de Estados Unidos contribuirá a la paz y la estabilidad en la región”.
En los últimos días el gobierno estadounidense ha solicitado a Israel que retrase una operación militar a gran escala en la Franja de Gaza para facilitar la negociación de un acuerdo de intercambio de rehenes con Hamás, según el periódico Jerusalem Post.
Además, Washington continúa las negociaciones indirectas con este movimiento a través de varios intermediarios en la región, aunque Tel Aviv decidió el 22 de mayo retirar a su delegación negociadora desde Qatar. Por lo tanto, los observadores creen que Estados Unidos seguirá desempeñando un papel clave en cualquier acuerdo futuro para resolver el conflicto en Gaza.